El humano, homo sapiens sapiens, deviene, según los últimos descubrimientos científicos, desde hace unos 200.000 en Africa. Aunque otros homínidos similares se desarrollaron desde miles de años antes, sobrevivió nuestra especie como homo erectus, homo hábilis, etc., hasta llegar al homo sapiens.
La larga lucha por la supervivencia lo convirtió en recolector de alimentos (raíces, granos, verduras, nueces, gusanos, caracoles, etc.); siguiendo a los animales cazadores se convirtió en carroñero, incorporando las proteínas animales a su alimentación, en una larga evolución esa ingesta de proteína animal le permitió cambios en su cerebro, así pudo aprender a cazar, a dominar el fuego, a construir herramientas y armas, con lo cual aceleró su transformación.
El hombre era nómade, con campamentos de invierno y de verano, adecuándose al clima más benigno, siguiendo a las manadas de mamíferos y a las aves.
Obviamente que primero estaba la decisión de la organización económica, que se daba naturalmente en la lucha diaria por la subsistencia; de allí devenía la organización de tipo político. Organización que era cooperativa. No existía la familia como la conocemos hoy. Los hombres vivían juntos y se dedicaban a la cacería; las mujeres vivían juntas y cuidaban a los hijos, que eran de todos, cuidaban el fuego, el campamento y hacían recolección de alimentos. Hasta hoy se habla de idioma materno, porque podía saberse quien era la madre, pero no quién era el padre. La mujer tenía un lugar central en la vida nómade.
Esto sucedió así hasta que surgió la agricultura y la domesticación de animales, para utilizar su carne, su lana, su piel, su leche, etc.
LA AGRICULTURA
El inicio de la agricultura se encuentra en el período Neolítico, cuando la economía de las sociedades humanas evolucionó desde la recolección, la caza y la pesca a la agricultura y la ganadería. Las primeras plantas cultivadas fueron el trigo y la cebada.
Los seres humanos recolectaron y se alimentaron con granos silvestres desde por lo menos 20.000 a. C. A partir de 9.500 a. C., se empezó a cultivar los ocho cultivos fundadores neolíticos —farro, trigo escanda, cebada, guisantes, lentejas, yero, garbanzos y lino— en el Levante mediterráneo. El arroz se domesticó en China entre 11.500 y 6.200 a. C., seguido de poroto chino, soya y poroto azuki. Los cerdos fueron domesticados en Mesopotamia hacia 11.000 a. C., seguido por las ovejas entre 11.000 y 9.000 a. C. En Mesoamérica, el teosinte salvaje fue domesticado como maíz hacia 10.000 a. C.1.
EL SEDENTARISMO
A partir del cultivo y la domesticación de animales y aves, el humano ya no debió ser nómade siguiendo a las manadas. Podía tener animales a mano, podía guardar granos para pasar los inviernos. Surgieron las aldeas estables.
En Centroamérica con el maíz, en la Mesopotamia de Medio Oriente (actual Irak) con el trigo y en China con el arroz, en similar época comenzó la agricultura, según restos de semillas modificadas halladas por investigadores.
MODOS PREDOMINANTES DE PRODUCCIÓN
Ser nómade obligó a que el modo predominante de producción para alimentarse y protegerse fuera cooperativo, pero al llegar el sedentarismo, en un complejo proceso surgieron excedentes de producción alimentaria, enfrentamientos con otras aldeas y la toma de prisioneros para hacerlos trabajar como esclavos. Entre algunos más beneficiados surgió la propiedad privada de sus predios de labranza y pastoreo de animales, se fue rompiendo el contrato social anterior del cooperativismo, el modo de producción dominante fue la mano de obra esclava. Hubo ricos y pobres (sin propiedad de tierras suficientes ni esclavos) en una misma aldea, se acentuó la unidad de los más fuertes económicamente que se unieron para dominar e imponer nuevas reglas.
Así los dueños de tierras, esclavos y animales cambiaron la constitución familiar, necesitaban tener una mujer que fuera solo suya, para asegurar un primogénito que fuera su heredero. Así formó la famus, que quiere decir familia pero también esclavo. Siendo el varón dueño de su mujer, sus hijos, sus esclavos, sus animales y sus tierras. Surgió el patriarcado, perdiendo la mujer todos sus derechos. Se cree que unos 5.000 años a C. (antes de Cristo).
La palabra «familia» viene del latín. Es una palabra derivada de «famulus» que significa sirviente o esclavo.
EL PATRIARCADO
Desde entonces la mujer pasó a ser dominio del varón, con el patriarcado perdió todos sus derechos, primero era dependiente del padre y luego del marido.
En el transcurso de la civilización humana se pasó de la esclavitud a un modo de producción dominante basada en los señores feudales y sus vasallos, una forma de esclavitud atenuada. Con la revolución industrial apareció como forma de producción dominante la mano de obra asalariada.
En todos esos estadios la mujer siguió siendo postergada en sus derechos, pero también hubo lucha para reposicionarse en su rol social.
El voto fue una bandera de lucha; el tener los mismos derechos sobre los hijos que el padre fue otra bandera; igualdad de salarios y oportunidades laborales es una etapa actual de su lucha; así como el #NiUnaMenos contra el femicidio, convierte hoy a las mujeres en un movimiento mundial, que tiñe la actualidad y también ocupa un escenario determinante en nuestro país.
HAS RECORRIDO UN LARGO CAMINO MUCHACHA
La frase publicitaria, para los cigarrillos Virginia Slims, de “Has recorrido un largo camino muchacha”, que hoy es usada para graficar el camino de lucha de la mujer por recuperar sus derechos, constituye un acierto porque el camino ha sido y será todavía largo.
Los roles sociales están condicionados por la organización política, que se basa en la organización económica de la sociedad. Las clases dominantes usan todas las herramientas posibles, desde las religiones, hasta los modos culturales, para cerrarle el paso a la igualdad femenina con el hombre.
La lucha de la mujer está atada a la lucha de clases, va logrando avances reivindicativos, pero solo en una sociedad más igualitaria podrá obtener la paridad de género absoluta. Así que es parte de un todo.
Reivindicando la frase de Raimundo Ongaro de que “Solo el pueblo salvará al pueblo”, podemos parafrasear que “Solo el pueblo salvará a las mujeres”. Mientras tanto, saludamos el camino que hoy transitan, protagonizando grandes luchas, señalando el camino.
PEDRO BIRRO
Bibliografía: Fernando Diez Martín, Federico Engels, Lewis Henry Morgan, Gerda Lerner.