Luis Vivona asume como senador provincial, reivindicando con sus años de militancia el haber puesto siempre la política al mando, derrotando la demonización conque siempre lo atacó el aparato cariglinista.
La historia política de Malvinas Argentinas no es muy extensa, ocupa solo 22 años, 20 desde su fundación y la llegada al municipio de Jesús Cataldo Cariglino, y 2 desde el triunfo de Leonardo Nardini y el comienzo de una nueva administración.
Pero hubo dos nombres que tiñeron esos 20 años anteriores, Jesús Cariglino por un lado y Luis Vivona por el otro. En 1995, cuando comenzó el distrito, fueron aliados: intendente Cariglino y primer concejal Vivona. Era la llamada línea del Belgrano, con un referente por estación ferroviaria, que no acordaban quién comandaría, hasta que el Dr. Manuel Hernández propuso a su pollo Cariglino, un panadero de Los Polvorines de afuera de la política como prenda de unidad. Así el hombre de Villa de Mayo (Vivona) encabezó la lista de concejales y detrás de él se ubicaron todos los caudillos de cada localidad.
Muy pronto Cariglino mostró su verdadero rostro y comenzó a desplazar a quienes lo habían llevado a la intendencia, o a someterlos a cargos menores con el manejo de la caja municipal. En los años siguientes también iría mostrando su costado violento, en internas sangrientas, manejando bandas de matones. La compra y el «apriete» se convirtieron en moneda corriente.
LUIS VIVONA BUSCA SU CAMINO
Ya en 2003, sin participar en esa elección, Vivona se aparta de Cariglino y empieza a marcar su propia senda. En 2005 con el rompimiento de Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, cuando se enfrentan Cristina de Kirchner y Chiche de Duhalde por la senaduría nacional, el hombre de Villa de Mayo se enrola en lo nuevo que surge y con la boleta de Cristina senadora logra un aplastante triunfo frente al panadero de Los Polvorines; 8 concejales contra 4 y los 3 consejeros escolares fue la cosecha. Ahí comenzó la demonización de Vivona, por parte del aparato cariglinista, también contando con la ayuda de la tropa de Aldo Rico. Es que políticamente había surgido una oposición potente en Malvinas Argentinas.
En 2007, 2009 y 2011 la campaña anti Vivona funcionó a pleno, con medios periodísticos pagos, incluso con manejo del aparato policial por medio del riquismo, que le permitió a Cariglino conservar la intendencia, no sin un elevado porcentaje de votos opositores.
Cariglino ya venía herido en su imagen, porque sus excesos de violencia se hicieron públicos, hay videos de maltrato a vecinos e incluso de violencia de sus custodios, sufrió denuncias penales por mala praxis médica en los hospitales que él gestionaba, con llamativa frecuencia y afectando siempre a personas de humilde condición. También sufrió una condena de seis meses en suspenso por arrancar árboles del barrio privado CUBA y, en un acto de patoterismo supremo, atropellar con su auto una valla de acceso al barrio.
Pero lo peor fueron los 13 días detenido de Cariglino, por una causa en 2003 por estafas que llevó adelante la fiscalía. Salió indemne y fue protegido por el aparato judicial de Duhalde, pero quedó marcado.
Así que para contrarrestar el crecimiento de Vivona, dedicó sus esfuerzos a demonizarlo, emparentándolo con su misma imagen, pero estando Cariglino desde el poder. Los ataque combinados de medios locales y nacionales a sueldo del municipio, la ola de rumores infundados, fue permanente. Pese a todo no podía borrar a Vivona del mapa político, pero sí detener su crecimiento electoral, con eso le bastaba a Cariglino para retener la intendencia. Mientras Vivona crecía políticamente afuera, ocupando cargos como subsecretario en el área de deportes del ministerio de Desarrollo Social nacional.
LA POLÍTICA AL MANDO
Pero había todavía una herramienta disponible, de la que carecía Cariglino pero que sí manejaba Vivona, que era poner la política al mando.
En años en que, el panadero de Los Polvorines, era sospechado de quema de camionetas de El Cañón de Hurlingham, que traían pan más barato al distrito, Vivona ya sabía de lo que era la militancia, hijo de un concejal que llegó a presidente del HCD de Gral. Sarmiento, criado en un hogar peronista de Villa de Mayo, localidad donde siempre vivió, militó en la JP, llegó a delegado municipal de su localidad en el gobierno de Luis Ortega por méritos propios, siendo en esencia un militante.
En 2013 la interna del FPV le bajó la lista de concejales que encabezaba Leonardo Nardini, cuando ya Vivona apostaba al trasvasamiento generacional, dejando a su agrupación sin participación en la elección, que volvió a ganar Cariglino, pero por más diferencia. Entonces, como en el poema de Almafuerte (Pedro B. Palacios), «deglutiendo el rencor de la afrentas» el hombre de Villa de Mayo y sus seguidores siguieron haciendo política.
La creación de la Agrupación Deportiva Nacional (ADN), que nuclea a clubes de barrio, fue un aliciente político para Vivona. Miles y miles de adherentes bonaerenses, e incluso de otras provincias, fue la plataforma que lo mostró en su real desarrollo como militante del campo nacional y popular, que ninguna otra cosa parece que siempre quiso ser.
Así llegó el 2015, ahí cuando ya las baterías difamatorias del cariglinismo se desplegaban contra Vivona, apareció el rival que no esperaban, Leonardo Nardini.
La contracara del viejo barón del conurbano. Si su marketing había sido exitoso en querer mostrar que Vivona era igual a Cariglino, pero que el panadero en el poder era temible para enfrentarlo, acá se le quemaron las cartas.
Una dura campaña, con agresiones físicas y mediáticas permanentes, donde nombres como Sansón, Tío Carlitos y Juan Boscolo cobraron notoriedad periodística como jefes de fuerzas de choque de Cariglino. La campaña de Nardini, un joven dirigente con experiencia de gestión, salido de las propias filas de la agrupación de Vivona, fue dirigida al centímetro políticamente por el hombre de Villa de Mayo, logró derrotar al panadero de Los Polvorines, eyectándolo de su sillón municipal después de 20 años. Fueron tres derrotas, en las PASO, en la general y en el balotage presidencial, donde el FPV clavó un 63% para Daniel Scioli, mientras Cariglino se embanderaba con Mauricio Macri.
La subestimación hacia Vivona, pero también la subestimación a un joven rival como Nardini, le costaron caro a Cariglino.
Este año, ya despojado del consejo del PJ, derrotado su sobrino Maximiliano Cariglino con la lista de Cambiemos, con cantidad de acusaciones penales por diferentes delitos en los que se lo acusa junto a su hermano el senador Roque Cariglino y su sobrino Maximiliano, el ex barón de Malvinas Argentinas solo puede disfrutar de su inmensa fortuna, pero quedó afuera de la política.
Vivona por su parte, asumirá este 5 de diciembre como senador provincial, reemplazando a Roque Cariglino. Mientras en Malvinas Argentinas se desarrolla una gestión por la que luchó muchos años.
Comenzó otra historia para Malvinas Argentinas en 2015, se afianza la renovación política en este 2017. Vivona con jóvenes 50 años aún tiene muchas páginas políticas que escribir. La demonización que le armó el aparato cariglinista ya es cosa del pasado, hoy solo de trolls en la cobardía del anonimato. El triunfo de la política ha jubilado a Cariglino, que ya se encamina hacia el geriátrico.
Con la política al mando, desde su comienzo adolescente como militante en la JP, Luis Vivona sigue haciendo su parte de la historia de Malvinas Argentinas y de la provincia de Buenos Aires.