Escribe: Ariel Epulef
Longko Comunidad
Mapuche Curruhuinca
«El manto de sospecha que los medios vienen generando contra el Pueblo Mapuche es gravísimo, queriendo instalar en la sociedad argentina que los mapuche somos todos terroristas y sostenemos la violencia armada como medio para conseguir que se reconozcan nuestros derechos. Desde el Estado se incita a la violencia».
«Decir que a una cuadra del obelisco, un grupo de mapuche destrozaron la Casa de la Provincia de Chubut es justamente, incitar a la violencia. En ningún momento ningún grupo se atribuyó este atentado, sino que fue producto de la marcha en reclamo por la aparición con vida del artesano de El Bolsón, que desapareció en una protesta que fue reprimida por Gendarmería Nacional».
«Que el Fiscal Rubio cree un manto dudas contra el Pueblo Mapuche insinuando que el lamentable suceso acaecido en Junín de los Andes, con el asesinato del policía Aigo, está vinculado con grupos armados mapuche con conexiones chilenas y argentinas, es por lo menos, de una irresponsabilidad desmedida; es incitar a la violencia».
«La Argentina, a diferencia de Chile, reconoce a sus Pueblos Preexistentes y les ha otorgado derechos internacionales que amparan sus reclamos. Hay una enorme distancia entre lo que sostiene la Constitución Nacional y lo que en la realidad se ha puesto en práctica. Cuando una Comunidad indígena se ve obligada a desalojar su territorio ancestral, con absoluta arbitrariedad e ilegalidad y se resiste, es tachada de violenta».
«Cada uno de los derechos que nos asisten y que hemos logrado poner en práctica en San Martín de los Andes, nos han costado años de lucha contra un Estado que genera violencia, porque cada reclamo de las Comunidades Mapuches está sostenido en el marco de la legalidad y sostenido en el derecho que nos fue reconocido desde 1994, hace ni más ni menos que 24 años».
«Esta negligencia estatal incita a la violencia».
«Lo que está buscando el Estado Nacional es justificar su propia violencia por acción y omisión, teniendo como primordial objetivo instalar en la sociedad argentina que los mapuches somos todos terroristas, peligrosos, incendiarios e ilegales y “vamos por todo”, como se sostuvo cuando colocamos la Wenu foye en la Plaza San Martín».
«Soy dirigente mapuche, responsable de llevar adelante una Comunidad que tiene derechos amparados constitucionalmente y seguiré luchando desde la interculturalidad que sostienen la Constitución Nacional, Provincial y la Carta Orgánica Municipal, como hasta ahora, para que estos derechos sean puestos en práctica, más allá de la violencia que genera la negligencia del Estado».
«El Gobierno, a través de sus representantes, debe garantizar los derechos indígenas nacionales e internacionales, en el marco del Estado argentino».
«Me solidarizo con los peñi y lamien de la Comunidad Pu Lof de Cushamen y pido por la aparición con vida del artesano desaparecido, Santiago Maldonado».
«Por el Pueblo Mapuche, marrichi weu, marrichi weu».