San Miguel duerme su siesta militante, en las redes la competencia es a ver quien entrega más paquetes de arroz a famélicos niños, con fotos impúdicas; o llena una olla popular esporádica repartiendo alimentos que proporcionan Nación o provincia; o tímidamente le ponen algún me gusta, cuando los pocos medios no alineados con Cambiemos publicamos la realidad; o se fotografían con dirigentes provinciales o nacionales para “hacer” imagen.
Mientras tanto, Joaquín de la Torre es el único que maneja los hilos de la política local, el gran titiritero mediante dinero, castigos y promesas, acomoda a todos adonde quiere que estén, aún a aquellos que ni se dan cuenta que son manejados.
¿Y qué es la realidad?
La realidad es por ejemplo los 16 gerontes muertos en un fallido y torpe traslado desde un geriátrico hacia diferentes lugares. Ancianos y ancianas casi desnudos en medio del frío, muchos sin los remedios que toman diariamente, con personal municipal no calificado, bajo la dirección de un incalificable Calvente.
Hubo algunos alojados en habitaciones que son casi celdas monacales, sin calefacción, sin agua caliente, sin una mesa y sillas, abandonados a su suerte, presuntamente aislados por el Covid-19 en el colegio Máximo. La protesta periodística, de unos pocos, obligó a los curas a emitir un comunicado diciendo que ellos solo prestaron el lugar, pero que pese a eso (al enterarse) asistieron con frazadas a los ateridos inquilinos a la fuerza. Ergo, responsabilidad municipal. Pero nadie saltó. Nadie hizo el esfuerzo de hacer público este hecho. 16 muertos y ninguna flor.
La realidad es también la absurda muerte de Lucía Costa. Incinerada por el estallido de un pebetero mientras se le recargaba alcohol, en una mesa del bar Zar. Un bar sin inspección aprobada por Bomberos, dato que consta en la investigación fiscal. Absoluta responsabilidad municipal. No se ven políticos opositores denunciando con toda la furia que el hecho en sí produce. No basta el saludo a la bandera.
También el desastre hospitalario en el Larcade. Despidos, suspensiones, sin medicamentos en la farmacia. Sin respetar a los trabajadores y trabajadoras de la Salud en medio de una pandemia. También aquí asoma, casi siniestramente, la figura de Calvente, hombre políticamente de Joaquín de la Torre.
Ni que hablar de las vacunas Sputnik anti Covid-19, que en cantidad de más de 2.000 llegaron tempranamente a San Miguel. Nada se sabe de ellas, no hubo vacunación planificada del sector de Salud. La dirigencia amarilla sanmiguelina castigó duramente al supuesto vacunatorio VIP del ministerio nacional de Salud, pero oculta a quiénes inocularon con esas dos mil vacunas iniciales. Ahora es el sistema provincial el que vacuna, no el municipio.
El favor que le hace a la administración de Cambiemos Sergio Massa, por medio de Malena Galmarini y Aysa, trayendo obras que no aparecen en distritos peronistas vecinos; y los ministros Gabriel Katopodis de Obras y Daniel Arroyo de Desarrollo Social, dos históricos massistas, completan el escenario de preferencias en la obra pública. No vemos protestar a la dirigencia opositora, lo hacen en off, pero no de pie, frente a la realidad adversa que le construyen algunos actores desde el propio gobierno nacional. También aquí prefieren descansar en su “zona de confort”.
Esa realidad que sufren los vecinos, además de la falta de infraestructura en los barrios, en el otro San Miguel, parece no existir en el discurso y la actividad supuestamente opositora.
Romper la unidad opositora de concejales, con la triste expresión de cuatro bloques para once miembros, es sinónimo de la mano de Joaquín de la Torre. No tiene explicación política alguna. El gran titiritero arma y desarma y reparte las piastras de la infamia, manejando a una tibia oposición, que se adormece en su “zona de confort”.
El escándalo del Bingo de San Miguel, denunciado por el colega Gabriel Tello en Noticias Gráficas. Donde la fundación Concordia de De la Torre, intentando quedarse con parte del subsidio a los bomberos voluntarios, solo logró que el dinero fuera consignado judicialmente hace cuatro años, dejando a los bomberos sin sustento económico. Toda una ignominia.
La irregular presentación de Concordia, quedó atrapada en algún cajón de Lotería y Casinos, sin que nadie le pusiera la firma por temor a “quedar pegado” legalmente, sale a la luz por la valiente denuncia de Gabriel Tello. De nada valió que le ofrecieran informaciones falsas, que cubrían a De la Torre y Concordia, se fue hasta el hueso y todo sale a la luz, es decir que la pus salió a la luz.
LEVANTATE Y ANDA
Con militantes que no cobran del municipio, ni directa ni indirectamente, con gente con principios válidos, con quienes crean que “aún vale la pena jugarse y vivir”, se puede comenzar a reconstruir el tejido social político opositor a Cambiemos en San Miguel.
Con aquellos que son parte del juego del gran titiritero Joaquín, que esperan su favor económico mensual, disfrazado de lo que esté disfrazado, con aquellos que prefieren mirar para otro lado viendo el dolor, con los que creen en repartir arroz y fotografiarse con dirigentes, nada se podrá hacer contra Cambiemos en San Miguel.
A veces la dignidad se encuentra entre aquellos que ni saben que son dignos, porque les han vendido siempre la mentira de que la dignidad es tener un cargo, o algo que les viene de arriba para repartir. Pero la desesperación de un asiento en el Concejo Deliberante para asegurarse una dieta y nombramientos por cuatro años, o en el Consejo Escolar, para consolidar su “zona de confort”, no es dignidad.
Los de siempre, ya tienen cubiertos los casilleros de los puestos en disputa electoral, el resto, irá de arrastre, a hacerle el caldo gordo, nada más.
La dignidad reside en los “nadies”, como explicaba el gran Galeano, y parafraseando al poeta, decimos frente a los nadies que “una voz como a Lázaro espera, que le diga levántate y anda”.