La Caja de Pandora que se abrió en la educación pública bonaerense con la tragedia de la escuela 49 de Moreno, que costó la vida a una docente y a un auxiliar, poniendo en evidencia la grave crisis que atraviesa la educación pública bonaerense, muestra en la gestión de Cambiemos en San Miguel una alta situación de abandono por parte de las autoridades responsables.
Numerosas movilizaciones de la comunidad educativa, planteamientos de los consejeros escolares y de los concejales de UC-PJ, una reunión entre el Frente Gremial Docente y las autoridades municipales de Cambiemos, con presencia del intendente interino Jaime Méndez y del presidente del Concejo Deliberante Hugo Reverdito, además del inspector zonal de educación, no arrojó resultados, ya que los gremios estimaron que las respuestas fueron insuficientes. El fondo educativo que ascendería a 93 millones de pesos, que maneja el municipio, no tiene rendición de cuentas por parte de las autoridades. Mientras tanto 56 escuelas permanecen cerradas.
Una posterior reunión, con el compromiso de las autoridades de Cambiemos de dar respuestas sobre el uso de esos fondos, fue suspendida porque “no quieren gente movilizada frente al municipio”.
Resulta extraño que, siendo el intendente titular Joaquín de la Torre, que hoy revista como ministro de Gobierno de la gobernadora María Eugenia Vidal, la gestión de Cambiemos en San Miguel no tenga los resortes suficientes como para accionar los mecanismos de solución, aún más habiendo recibido las partidas provinciales para el sostenimiento de la educación pública.
El presidente del Consejo Escolar Germán Núñez, que responde al frente Cambiemos, en una nota del medio regional TH, admite que “Nosotros teníamos escuelas con problemas de artefactos de gas, y la decisión fue revisar todos los artefactos y suspender las clases en 16 escuelas por ese tema”. Muy pobre explicación, cuando la situación escaló a más de 80 escuelas cerradas y ahora continúan 56 sin dar clases, alrededor de 30 que los gremios denuncian que se reabrieron en situaciones precarias. Por supuesto que Núñez no participó en la reunión del ejecutivo municipal con los gremios, ni apareció junto a la comunidad educativa que reclama por la educación pública.
Además de los problemas edilicios, también las quejas son continuas en cuanto al SAE (Servicio Alimentario Escolar) que también administra el municipio. Emparedados como almuerzo, frutas podridas, comida insuficiente, son el reclamo común. Además, en las escuelas cerradas, donde hay comedores, se priva a niños de los barrios de recibir tal vez la única comida segura del día, debido a la crisis socioeconómica que azota a nuestro país y que golpea fuertemente a los hogares más humildes.
Los gremios docentes y la oposición institucional a Cambiemos en el Consejo Escolar y el Concejo Deliberante, se movilizan pero también insisten con propuestas y buscan canales de diálogo, que al parecer no hacen mella en la gestión Cambiemos, que parece hacer oídos sordos.
Urgen repuestas y acciones concretas de las autoridades de Cambiemos, la educación pública ha sido siempre un baluarte de la movilidad social, sin ella no hay futuro para San Miguel, la provincia y el país.