Noroeste del Conurbano FRENTE AL MALÉFICO ES LA HORA DE LOS INTENDENTES Y DE LOS QUE REALMENTE LUCHAN POR UNA PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA - Noroeste del Conurbano
Noche de brujas en la Argentina, se oscureció el futuro repentinamente, de norte a sur y de este a oeste apareció el 666 de la política, el maléfico más temido.
«El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos». Antonio Gramsci.
El poeta francés Charles Badulaire escribió allá por mediados del siglo XIX que «El mayor truco del diablo consiste en hacernos creer que no existe». Pero en política se rompieron todas las reglas, ya que el diablo Javier Milei no se ocultó, mostró sus cartas abiertamente. Una serie de medidas de destrucción del Estado. Contra la educación y la salud pública. Anunciando la dolarización de la economía sabiendo, que es imposible de hacer hoy en la Argentina. Culpando de todos los males a los humildes. Cabalgando sobre el descontento popular por la inflación sin control, mintiendo que puede hacerla desaparecer casi mágicamente, se convirtió mediáticamente en un rock star y pateó el tablero electoral.
LOS QUE «BANCAN LOS TRAPOS»
Pero, como siempre ocurre en cualquier tipo de catástrofe, hay quienes «bancan los trapos». Esos en nuestra provincia bonaerense son los intendentes. Esos mismos que en el período 2015/2019 sobrevivieron cuidando el fuego de la resistencia, frente al macrismo y al vidalismo. Los que fueron la base del triunfo provincial de Axel Kicillof y del binomio Alberto Fernández/Cristina de Kirchner, pero que luego de la victoria fueron dejados de lado
Hoy la mirada se vuelve hacia ellos. Las listas de diputados nacionales, y en nuestra 1ª sección la de diputados provinciales no tienen espalda política. Cuesta encontrar alguien con fuerza territorial o bancado por un intendente. Es la lista de un sector, sin participación de los intendentes, ni siquiera del gobernador. Pese a eso los intendentes bancan, porque tienen una responsabilidad directa con los vecinos de sus distritos, porque tienen una lealtad directa, no en abstracto. Es fácil hablar en los medios de la pobreza, de las necesidades, cuando no se las conoce «in situ», pero los intendentes conviven diariamente con los problemas reales de la gente.
Y allí vamos, sufridos pasajeros en este barco escorado que es hoy nuestra Patria. El pueblo trabajador, ese que diariamente construye, repara, sana, transporta, cuida, ese pequeño comerciante que día a día levanta las persianas no sabiendo el valor real de lo que vende y tiene que reponer, esa pequeña PyME que se juega por producir algo. Nosotros, los de a pie, a expensas del salvajismo del neoliberalismo con su fracasada mil veces política de mercado, aquella de Martínez de Hoz, de Álvaro Alsogaray, de Domingo Cavallo. Estamos hoy expuestos al retorno de los años de privaciones, penurias y represión.
Y levantamos la vista buscando una salida, y en nuestra querida provincia de Buenos Aires debemos poner la confianza en los intendentes y en todos aquellos que luchan por una Patria justa, libre y soberana, por Techo, Tierra y Trabajo.
Que los que manejan la lapicera y urden estrategias políticas a su conveniencia, queriendo tenernos solo como tropa de maniobra, recapaciten.