Insólitamente, Federico Achaval, que desde el peronismo pelea la intendencia de Pilar que hoy ostenta el macrista Nicolás Ducote, le dio la espalda a su propia sección electoral (la 1ª), donde los intendentes peronistas aún no decidieron con qué precandidato se alinearán en la disputa por la gobernación bonaerense, mostrándose con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, de la 3ª sección electoral, en lo que no fue una visita más, sino de compromiso electoral hacia las PASO de agosto.
Para derrapar y terminar en un vuelco total, sumó a sus invitados al diputado provincial Carlos Urquiaga (quien cubre una licencia por enfermedad del diputado Horacio González), que anda buscando ser reelecto, pero no tiene el apoyo de José C. Paz de donde fue intendente 2011/2015, hasta que Mario Ishii (a quien infructuosamente Urquiaga intentó enfrentar) volvió a la intendencia paceña. Urquiaga dejó un tendal de deudas, simplificadas en la frase del intendente Ishii: “No está la plata ni tampoco las obras”; por lo cual es mala palabra, políticamente hablando, en José C. Paz, de donde se mudó hace mucho.
Al respecto, la web Provincia Noticias comentaba: “El jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde lleva adelante una recorrida por la provincia en pos de solidificar su candidatura a la Gobernación. En oportunidad de visitar la localidad de Pilar, aprovechó para impulsar a SU precandidato a intendente, el concejal y líder del Frente Pilarense, Federico Achával”.
Según supimos, esta prematura definición no habría caído muy bien entre los intendentes peronistas vecinos. Con quienes sí José Molina, el rival peronista directo de Achaval a la intendencia, cultiva buenas relaciones.
Dos intendentes, perdedores estrepitósamente en 2017 por haber apoyado a Florencio Randazzo, Gabriel Katópodis en San Martín y Juan Zabaleta en Hurlingham, residuales del grupo Esmeralda que comandaba Insaurralde, son el apoyo en esta sección del hombre de Lomas de Zamora, pero el resto del peronismo distrital no ha mostrado aún sus cartas.
Sobreviviente de la derrota de Humberto Zúccaro a manos del macrismo, a Achaval, que fue su mano derecha, hoy se lo recuerdan en las paredes pilarenses, donde aparece la leyenda “Achaval es Zúccaro”. Para colmo del despiste, la movida principal de la visita de Insaurralde fue en Derqui, en una liga de fútbol, donde Molina es local y tiene mucho peso la figura del intendente paceño Mario Ishii.
Un traspié de Achaval que Molina bien puede aprovechar, ya que nada está definido y, se sabe, en estos menesteres de roscas políticas ser tiempista es una cualidad irreemplazable.