El infierno tan temido se corporiza en esta asfixiante y angustiante realidad que azota al pueblo trabajador argentino. El frente conservador Cambiemos apela al ajuste sobre los salarios y sobre las medidas paliativas sociales, se caen las máscaras de la hipocresía de un discurso falaz, la pérdida de credibilidad de los gobiernos nacional y provincial va de la mano con la caída del salario real y de los puestos de trabajo, lo único que aumenta son las tarifas y la canasta de alimentos, además de otras cosas, pero nos detenemos en lo básico que amenaza la supervivencia de nuestra gente.
CON UN HORIZONTE ABIERTO…
“Con un horizonte abierto, que siempre está más allá…”, decía Atahualpa Yupanqui en la milonga Los Hermanos. Pero don Ata Hablaba de la utopía, hablaba de un futuro mejor para todos, en cambio los publicistas de Cambiemos (disfrazados de periodistas en el 95% de los medios nacionales), transmutan ese horizonte como “el segundo semestre de 2016”, “ahora en 2017”, “en 2018”, “primer semestre de 2019”, tirando siempre la pelota hacia adelante. Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a pocos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. La mentira llega a su fin, ya solo queda la lucha diaria de “el mejor equipo de los últimos 50 años”, para controlar el precio del dólar que con su suba provoca más recesión y más inflación. Aunque siempre con la sospecha que hay días en que la fluctuación cambiaria hace ganar mucho a especuladores ligados a los CEOS que nos gobiernan, es que muchos de ellos vienen de ese mundo de la especulación financiera y no de la producción, teniendo sus dineros en paraísos fiscales.
VAN POR TODO
Ahora Cambiemos va por todo, su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional lo obliga. Se viene la reforma laboral y la pérdida de derechos adquiridos en 150 años de lucha obrera, con mucha sangre, persecución y cárcel de por medio. Se viene la reforma previsional, con suba de la edad, saqueo de la caja del ANSES por parte del ejecutivo, buscando además tirar a la banquina a pensionados por incapacidad, edad avanzada, etc. Se están acentuando los despidos en el área estatal, así como en la actividad privada en sectores de la producción golpeados por la apertura de importaciones (ver al respecto nota sobre empresa de San Miguel en este medio). Eso hace avizorar que también la represión a la protesta social se instalará como práctica, por parte de la gestión de Cambiemos.
“EL CANDIDATO ES LA UNIDAD”
En encuentro justicialista de la conducción nacional, aún intervenida por una actitud por lo menos sospechosa de parcialidad, por la jueza Servini, el joven y dinámico dirigente Leo Nardini (intendente de Malvinas Argentinas), afirmó que “el candidato es la unidad”, en referencia a todos quienes se auto postulan a nivel provincial y nacional. No desautorizando a ninguno, por el contrario alentando a que cada cual exprese sus ambiciones políticas ahora, y no a 5 minutos del cierre de listas; pero siempre teniendo en cuenta que la unidad debe ser la premisa principal sobre la cual edificar las candidaturas con aquellos que más midan. La principal fuerza opositora, electoralmente hablando, es el peronismo. De ahí que desde las usinas de Cambiemos el ataque sea permanente, intentando establecer que todos los dirigentes peronistas son corruptos, claro está que aquellos que le son disciplinados a sus planes (a los que los escribas oficialistas llaman “peronismo racional”) están exentos de la “persecuta” mediático-judicial.
LA OPOSICIÓN ESTÁ EN LA CALLE
La oposición electoral es una cosa, y comienza a definirse en agosto de 2019, pero hoy que el hambre y los despidos no esperan, la oposición está en las calles. Desde “los Cayetanos”, conformada por la Corriente Clasista y Combativa, la CTEP y Barrios de Pie, que ganan la calle y dan pelea por los más desposeídos y necesitados. El resto de la izquierda, incluida el sector trotskista, que las clases dominantes eligieron para hacer prácticamente mediáticos a media docena de sus referentes, los patrones del país saben donde no les aprieta el zapato. Sectores sindicales que manejan sus propios tiempos al margen de la triada cegetista, que llamó a un paro obligada por la situación, pero buscando descomprimir las luchas; algunos como la Corriente Federal liderada por el bancario Palazzo; los camioneros ahora firmes en la brecha opositora; las CTA; ATE con Cachorro Godoy a la cabeza, luchas dispersas de sectores de la UOM; docentes… Y sigue la cuenta. En las calles se da la pelea por la subsistencia, no hay movilizaciones contra los tarifazos, porque hay hambre y falta de trabajo; en los barrios “a colgarse” y seguir buscando diariamente “el mango para parar la olla”, esa es la dinámica social actual.
Nuestra absurda clase media está sintiendo la crisis en carne propia, aún no reacciona, aún tiene un mínimo de confianza en sus verdugos de Cambiemos, es el síndrome de Estocolmo, del secuestrado atraído por el secuestrador, falta solo un torniquete más y la paciencia de los cultores de “a mí nunca nadie me ayudó, yo hice todo por mi cuenta laburando”, típico discurso del individualismo “clasemediano”, se va a borrar y reaparecerá aquel cantito de “piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
El infierno tan temido de ajuste y recesión ya está instalado, es un infierno que no amortigua lo frío de este invierno, peor aún: lo acentúa. Al calor de las luchas contra el hambre, los despidos y los tarifazos preparémonos a pasar el invierno, en busca de una primavera que sea aunque utópica realizable, como hubiera querido Yupanqui en su milonga.