Pese a que declara que el tema electoral no está hoy en la agenda de la gente, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal busca el asentimiento del presidente Mauricio Macri para adelantar las elecciones en provincia, porque cree que así tendrá mayores chances de ser reelecta. Léase: no quiere quedar pegada al desbarranque de Macri.
Lo último es que VIdal anuncia que en febrero decidirá con Macri si desdobla o no la elección.
A favor de esa jugada parece acompañarla su gabinete, incluso su vicegobernador, el radical Salvador. La comisión legislativa formada al efecto aconseja desdoblar, aunque le Universidad de La Plata lo considera anti constitucional.
En contra tendría a la Rosada, con Macri, Marcos Peña y Durán Barba a la cabeza, a los que se les sumó Lilita Carrió, afirmando tajantemente: “Cambiemos no desdobla”.
El quid de la cuestión es que los números, de sus propias encuestas, le dan a Vidal muy por debajo de Cristina de Kirchner. En distritos del conurbano donde en 2017 CFK orilló el 52%, como en Malvinas Argentinas, Merlo, José C. Paz y Moreno, ahora superaría el 60%. Eso hace suponer que en el resto de la provincia la ex presidenta estaría mejorando los números. Teniendo en cuenta que en 2017 quedó a menos de 4 puntos del triunfo, CFK aparece ahora subida a la cresta de la ola electoral bonaerense.
La estrepitosa caída de imagen e intención de voto de Macri arrastra a Vidal, que también descendió en sus guarismos. El nombre y la foto de CFK en la boleta electoral le quita el sueño a Mariu.
Por otro lado, sabedor de esa situación, Macri quiere “todos juntos”, incluso ya Rodríguez Larreta piensa en unificar elecciones en CABA. Asimismo hubo reuniones de Macri con tres gobernadores de su palo para marchar juntos.
De aquí a febrero no creo que las condiciones cambien mucho, así que habrá una fuerte pulseada entre Vidal y Macri sobre este tema.
Mi opinión personal, si es que importara, es que se le va a hacer muy difícil a Vidal desdoblar contrariando a su jefe político. Por otro lado Macri insiste en ser el candidato a presidente, como garantía de que el FMI y Donald Trump avalen el proyecto conservador en nuestro país. Así que la fantasía de Vidal como candidata a gobernadora primero y, de ganar, candidata a presidenta después, parece solo un entretenimiento ocioso de opinadores ad hoc.
Claro que en política no siempre 1 más 1 es 2, y de aparecer algún “cisne negro” que sepulte al macrismo aún más, podemos terminar en una situación impensada, fuera de la lógica.
Pero se juega con las cartas que toquen y, con la oposición arrimando el bochín de unir a todo lo susceptible de ser unido, el fin del frente conservador Cambiemos en el gobierno parece tener fecha de vencimiento, pese a la batería del ataque mediático-judicial que comenzará en cuanto termine la feria judicial.