Hugo Reverdito, presidente del Concejo Deliberante de San Miguel, que representa ahí los intereses de Cambiemos, por orden de su jefe político, el ahora ministro de la gobernadora María Eugenia Vidal, Joaquín de la Torre, es quien junto a Calvente maneja la caja de pagos para una fauna variopinta de lumpenes de la política (vagos insatisfechos) sanmiguelinos, que dejan su disfraz de peronistas para travestirse en amarillos Cambiemos. Son, en ese lenguaje de género, conservadores anti pueblo atrapados en un cuerpo peronista, pero ahora dejan el placard, lo hacen público, asumen su real esencia, ya venían cobrando en secreto y ahora lo hacen público.
En realidad este es un gran favor que Reverdito le hace al movimiento popular, seguramente sin quererlo, algunos dicen que De la Torre buscaría algún camino para volver al peronismo, al que él entiende por peronismo, así que junta rezago político para intentar quedarse con el consejo del Partido Justicialista, que ya usurpan Claudio Pérez y su pandilla. Lo real es que la basura política ya no se barre bajo la alfombra, se muestra a la luz pública cuasi como un trabajo de reciclaje. Igual que en la foto de esta nota, con la «Fundación Felices Los Pérez», aunque faltan algunos ya blanqueados anteriomente.
Lo de bipolar político viene a cuento de que Reverdito es miembro del secretariado nacional de la Asociación Obrera Textil, en cuyas reuniones seguramente cantara la marcha, acentuando en ese ámbito aquello de «combatiendo al capital», escuchará el rosario de quejas de los delegados sobre lo mal que lo están pasando los obreros textiles, sobre cierre de plantas, despidos y suspensiones… Luego, ya de vuelta en San Miguel, vuelve a vestir su ropaje amarillo y se dedica a defender la gestión del frente conservador Cambiemos. Hace el trabajo sucio para De la Torre, que intentara vanamente colocarlo como senador provincial en la lista de Cambiemos, fracasado ésto fue ubicado tercero en la lista de concejales. Quisieron darle el exilio dorado, pero al no conseguirlo sigue en el HCD y (con la fe de los conversos) más amarillo que nunca, más anti pueblo que nunca, más anti peronista que nunca.
Recordemos a León Gieco con aquello de «Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente».