A 202 años del 9 de Julio de 1816 – Escribe Alejandro Phatouros
Los argentinos tenemos varias versiones históricas de nuestra Independencia, desde las más angelicales que suelen coincidir con el Billiken, hasta las más revisionistas de Felipe Pigna. Y obviamente todas están inscriptas en un proceso complejo solo entendible desde la perspectiva de esos congresales en Tucumán, tanto desde la necesidad del respaldo a la gesta libertadora continental de José de San Martín, hasta la integración del Derecho de los Pueblos que es de donde nacen nuestras provincias, para luego conformar una identidad nacional.
Pero ante esta fecha que necesariamente debería movilizarnos, cabe preguntarse a modo de hipótesis: ¿Argentina en 2018 es independiente?
Estoy consciente que al llegar a este punto de la lectura, muchos ya estarán opinando y justamente ese era mi objetivo.
Desde el Peronismo hablamos siempre de nuestras 3 banderas: Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia Social. Pues bien, centrémonos en la primera, en este auge mercado-céntrico actual con su correspondiente vinculación con la globalización.
No somos independientes si no manejamos nuestra moneda, no somos independientes si la política económica la fija un ente externo como es el FMI, no somos independientes sin vocación industrialista, si volvemos a la distribución internacional del trabajo, si los términos de intercambio son materias primas por productos manufacturados, si no se busca el pleno empleo y condiciones dignas de vida y progreso.
Cuando para poder cambiar una política sectorial que beneficia a pocos por otra más inclusiva y distributiva, el Presidente debe pedir un waiver (perdón o permiso) al Fondo, eso evidentemente es resignar nuestra condición de independencia, relacionada con la noción de libertad, es decir, la capacidad de actuar, hacer y elegir sin intervención o tutela ajena. Esto es lo opuesto, es dependencia.
Debemos recuperar las capacidades perdidas, sin falsos discursos ni eslóganes de ocasión. Hay que trabajar por Argentina, no la de los límites geográficos, sino la de los 44 millones de habitantes. Sentirnos orgullosos de nuestra pertenencia. Solo así haremos honor a la valentía de los congresales de 1816 en el camino que iniciaron de decidir nuestro propio destino y que nosotros debemos continuar.
Alejandro Phatouros Vicepresidente del Partido Justicialista de San Martín